Sudán
«La gente sabe que tiene una enfermedad, pero no que sea lepra».
Ismael, tiene 38 años, es de Kutum, en el estado de Sudán del norte de Darfur, a unos 900 km de la capital, Jartum. Esta es un área que ha sido muy afectada por la guerra civil. Ismael es agricultor, junto con otras personas de esa región, se muda estacionalmente a Jartum para vender productos agrícolas. Alquila una casa en Jartum con otras personas de su área, su esposa y sus ocho hijos permanecen en su casa en el pueblo.
Ismael llegó por primera vez a la clínica Aburoff en Jartum en enero de 2014, La clínica Aburoff es gestionada por personal de Misión Contra La Lepra en colaboración con la Iglesia Episcopal de Sudán. Ismael había notado algo de dolor en sus manos, pero lo ignoró durante mucho tiempo, hasta que lo sintió en más lugares y comenzó a tener manchas pálidas en su cuerpo y cara que no eran sensibles al tacto. Fue al Hospital de Dermatología en Jartum, donde lo derivaron a Aburoff y le diagnosticaron lepra. Él dice que tomó bien las noticia y no se sorprendió al saber que tenía la enfermedad.
Ismael viene todos los meses a Aburoff para recibir terapia con múltiples medicamentos para la lepra y para chequeos constantes que le aseguren que no corre riesgo de complicaciones con su enfermedad. Comenta que no ha sufrido ninguna reacción y no tiene ninguna discapacidad, tiene una ligera falta de sensibilidad en los pies, pero dice que la lepra no ha afectado su sustento en absoluto. La gente sabe que tiene una enfermedad, pero no que sea lepra (si lo supieran sería estigmatizado y reaccionarían negativamente). Él espera volver a su casa con su familia y continuar con su forma de vida normal junto a su esposa e hijos.